No es obligatorio.
Hace unos días conversaba con un conocido por el messenger, de sus andanzas “amorosas” con las internautas que contacta a través de “La Red”. Me comentaba lo desagradable que le había resultado su última aventura con una de ellas. El “modus operandi” de mi conocido es más o menos el que se estila en los varones que nos movemos en éste mundo. Contactas con una persona del género femenino, percibes que te atraes por las conversaciones a través de irc, yahoo o similares, luego viene el intercambio de fotografías (generalmente las de “los domingos"), números de móvil para tantearse la voz (no vaya a ser que haya incompatibilidad de susurros) y, finalmente superadas las anteriores pruebas, el encuentro físico. Ese es el circuito que recorrió mi interlocutor hasta justo antes de la hora de la verdad. Al ser de distintas ciudades y bastante equidistantes quilométricamente hablando, se desplazó cual caballeroso varón hasta la ciudad de la presunta dama. Concretamente quedaron en el domicilio de ella.
“Estaba algo más llenita que en las fotos” me dijo.
“Suele ocurrir después del verano. Se dejan un poquito”
“Pero eso no fue lo peor, cuándo se acercó para darme un beso en los morros, percibí cierto olorcillo desagradable”
“¿A cenicero?”
“Mucho peor. Tenía halitosis”
“Bueno, hombre, le habría sentado mal la comida ¿No exageras un poco?”
“Más que sentarle mal la comida, por el olor que hacía, parecía que se le hubiese podrido el desayuno y la cena del día anterior además de la comida”
“Eso se arregla con una buena friega de dentífrico”
“Si, eso me pareció a mí, pero ahí no acabó la cosa. A su problema de mal aliento hubo que sumarle, mejor dicho, ‘expulsarle’ otro”
“¿A qué te refieres?”
“Pues que, al acabar la cena, lanzó un sonoro (y halitoso) eructo”
“Hombre eso hasta puede ser saludable. Muchos médicos aconsejan eructar después de las comidas porque eliminas todos los gases”
“Debe estar sanísima entonces. No paró de expulsar gases por cualquier orificio de su cuerpo en cinco minutos. Si llegan a oírla y, sobre todo, olerla los de medio ambiente, seguro que le ponen un control para ver el índice de contaminación que desprendía”
“¿Y tú que hiciste? ¿Te fuiste?”
“Nada. Ya que estaba ahí y que habíamos quedado en su casa, me quedé. Además, ya habíamos levantado expectativas con los contactos en ‘La Red’”
“¿Me vas a decir qué te fuiste a la cama con ella? ¿Y no te salieron sarpullidos?”
“La verdad es que la situación no era muy sensual e incauto de mí, pensé que mejoraría al irnos a la cama. Pero empeoró…”
“¿Empeorar? ¡Me estás asustando!”
“Si, empeoró. Cuando pasamos a su habitación y se empezó a desnudar, ví algunos pelillos clavados en sus axilas”
“Eso si que ya es grave ¿Te fuiste, verdad?”
“No que va. Ya que estaba allí me pareció que abandonar era hacerle un feo. Y una vez puestos…”
“Había que cumplir ¿no?”
“Hombre tanto como eso, no. Pero, claro, después de tantos meses de hablar y esperar el encuentro, me daba un ‘nosequé’ el no retozar con ella. Pero no pude cumplir a la primera. Tuve un gatillazo…”
“Con esas perspectivas no me extraña… ¡ Menudo panorama ¡ “
“… Así que apagué la luz, me harté de alcohol y, al final tras dos intentos fallidos, rayando el alba, se consumó…”
El epílogo es de suponer después de aquél “cuasi” escatológico encuentro. No ha vuelto a comunicarse nunca más con ella. Cerró todos los canales de comunicación posibles para no volver a caer en la tentación.
Y es que hay quién no se entera que copular con alguien no es obligatorio.
10 comentarios
Para Meditaciones jugando con los sentidos -
Saludos
Para Kaleidoscopio con dolor de cabeza y sin aspirinas -
La moraleja de esta historia es que, cuando se produce un encuentro con perspectivas en "La Red", al pasar al encuentro físico, muchas veces, él y ella, piensan que debe producirse, que es obligatorio, irse al catre. No es así, no debe ser así. Las cosas deben ir por su camino natural y no forzarlas. Un besito Kale...
Para MaRioSe sin pensarlo ni un segundo -
Para cielodescubierto ni "consigo" ni sin ella -
Para paloma... entre gavilanes -
Meditaciones -
No creo que la desaparición de él se debiera a volver a caer en la tentación sino más bien, en la vergüenza de que se pusiera su virilidad en entredicho.
P.S. Historia increíble, pero no por ello deja de ser divertida.
Saludos, esta vez sin atrevimientos.
Kaleidoscopio -
MaRioSe -
Normal lo del gallitazo, porque no hubo química y sí desencanto.
Pobre chica. Lo malo de esto que quizás, ella ni lo sepa lo de su halitosis, pero lo de los "cuescos" es que es una marranota y más por los eruptos, vamos para levantarse y dejarla sin pensarlo.
cielodescubierto -
Yo, desde luego, no quisiera obligaciones así ni conmigo ni sin mí. He dicho. :P
Un beso o dos... pero sin obligaciones. ;)
paloma -
Al leer el texto en color negro, veo que la realidad ataca con todo su peso, con los modus operandis, circuitos, etc. (¡qué ingenua soy verdad...!)
Al leer el segundo texto en color, me resulta increíble lo que describe y aún más increíble que aguantara, si es cierto lo que se narra aqui.
Efectivamente, no es obligatorio, ni una cosa ni la otra, ni los circuitos, ni los modus operandis, ni la foto de domingo, ni follar con quien no se desea, ni hablar con quien no se quiere.
Y yo que aún creía en el romanticismo y en tantas otras cosas...
Besos